Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://nicolassoky729058.blogstival.com/60058434/el-cabezazo-de-zidane-en-cámara-lenta