Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en https://abelydcl741533.answerblogs.com/38899055/la-historia-detrás-del-cabezazo-de-zidane-a-materazzi